Dictar o aplicar leyes injustas ha sido una constante a lo largo de la historia . La practica de un
legalismo inicuo se ha venido
padeciendo, sobre todo, cuando las leyes dependía de la voluntad
arbitraria de unos hombres movidos por intereses personales o condicionamientos
políticos. Los casos de atrocidades, amparadas por la ley podrían citarse por
millares. Legales fueron la esclavitud,
la opresión, la tortura, los expolios, la discriminación, las purgas
leninistas , el exterminio nazi, legales son ahora también el aborto, el
consumo de drogas, los matrimonios homosexuales, el trato diferenciado a favor
de los pises ricos etc.
Desgraciadamente
este orden armónico, considerado como la obra maestra de la sabiduría humana,
fue roto por los que aspiraban a una razón autónoma que acabó erigiéndose en
árbitro supremo y elevando el orden humano a la categoría suprema, lo que supuso la segregación del mudo político del universo moral.
El nombre de Maquiavelo lo dice todo. Con ello se estaban poniendo las bases de
la perniciosa doctrina del positivismo jurídico en que ahora nos encontramos. Tomando como pretexto la independización de la autoridad religiosa , el Estado se ha ido autoproclamando autoridad absoluta, haciéndose pasar por
el maestro supremo de la verdad y del bien , dueño y señor del
ordenamiento jurídico, que dicta e interpreta las leyes según su conveniencia.
Rotos todos los vínculos con Dios, es el Estado el que se ha convertido en
déspota de los tiempos modernos, con sus permanentes discursos hipócritamente
moralizantes, es el nuevo inquisidor que vela por su ideología secularizada y
sectaria, plagada de dogmas y de prejuicios, al tiempo que se olvida de la ley natural y suprime los
principios básicos de la ética universal.
Los gobernante de los últimos tiempos han promovido la
cultura de la legalidad, que ha servido para convencer a los ciudadanos de que por
encima de las leyes que ellos crean, no hay nada, que lo que importa es la
legalidad de los actos y no su licitud , que lo que tiene sentidopráctico no es
la virtud, sino lo políticamente correcto. Ante tanto desmán lo que
ahora cabe preguntarse es ¿quien podrá convencerles a
ellos de que la justicia es un capítulo de la ética y que sin ésta no
es posible aquella? ¿ Quien podrá convencerles de que la libertad no
es fruto de la manipulación , sino de la verdad.? “ Veritas liberabit.
vos." ¿quién les podrá hacer comprender que luchar por
Hace tiempo que llevamos recogiendo los frutos amargos del pernicioso positivismo jurídico que ya está creando en la ciudadanía
cierta alarma social y lo que sorprende es que esta alarma social no se haya
producido antes y no se haya manifestado de forma más contundente. Desde aquí nos unimos a la oración que el religioso, Luis Farinello elevara al cielo,
con motivo de la apertura del Senado y que dice así ¡ Señor! Venimos delante de ti este día , para pedirte perdón
por haber perdido el equilibrio espiritual cambiando los valores. Hemos explotado al pobre y hemos llamado a
eso distribución de la riqueza….Hemos matado a nuestros hijos que aun no han
nacido y lo hemos llamado la libre elección. Hemos dejado que maten y roben y
lo hemos llamado derechos humanos… Hemos sido corruptos y abusado del poder y
hemos llamado a eso Política. Hemos contaminado las ondas de radio y
televisión con mucha grosería y pornografía y lo hemos llamado
libertad de expresión. Hemos ridiculizado los valores establecidos desde hace
mucho tiempo por nuestros ancestros y a esto lo hemos llamado "obsoleto y
pasado".