2022-02-26

112-- Compromiso cristiano en la hora presente.

 

    


No es fácil ser cristiano en un mundo como el nuestro, no lo es. La gran tragedia del hombre actual es que vive de espaldas a Dios y a todo lo que con Él se relaciona. Diré más. Este hombre es el que no quiere incluso que se hable públicamente de Dios, le molesta que se hable de El y trata de impedirlo. Ha desplegado y está desplegando un gran esfuerzo para que el cristianismo quede encerrado en las sacristías, que nuestras creencias pertenezcan a la esfera de lo privado; está tratando de que el mensaje evangélico no trascienda a la vida pública.

La atmósfera que nos envuelve está cargada de irreligiosidad y por todas partes se respira laicismo: El estado laico, la sociedad laica, la escuela pública laica, la familia, ¿ qué decir de la familia?... Se parte del convencimiento que el fenómeno religioso es una cuestión privada. Por desgracia éste es un sentimiento que empiezan a compartir muchos cristianos, al menos implícitamente. Son bastantes los que piensan que su fe han de vivirla de "puertas adentro"; que a Dios hay que llevarle en el corazón, pero que no hace falta ir manifestándolo al exterior. Esto es lo que dicen. Podemos encontrarnos con cristianos en la política y en la vida pública, que aseguran tener una acendrada fe personal y que luego en la práctica y cara al exterior actúan y se comportan como si Dios no existiera. Este sería el principal obstáculo para la evangelización en nuestros días: caer en la trampa de considerar que nuestra fe es sólo un asunto personal y que pertenece a la esfera privada y este sería también el gran triunfo de los enemigos del cristianismo , que los hay.

En estos días vengo escuchando algo que, en forma de halago se viene diciendo del cristianismo de nuestro tiempo y es esto: Los cristianos de hoy son contemporizadores, están aprendiendo a no enfrentarse a los demás, haciendo de sus creencias una cuestión privada y personal, no sacando a relucir sus creencias en público y esto les acredita como cristianos maduros.

Yo no sé si esta imagen del cristianismo es cierta o no, pero si lo fuera, para mí no sería motivo de orgullo sino de vergüenza, porque un cristiano que renuncie a ser fermento del mundo, es porque está asustado, domesticado, acomplejado, o no entendido bien cual es su misión en el mundo de hoy. . Entiendo que el cristiano comprometido ha de serlo a todas las horas del día. Ha de serlo en casa, en la Iglesia, en la calle y en su puesto de trabajo. El cristiano ha de serlo en toda su integridad, sin dobleces ni camuflajes, sin disociar sus creencias de su vida pública o su vida privada. Cristiano es el que toma en serio las palabras de Cristo, que nos invita a ser "luz del mundo y sal de la tierra". Si ya de entrada renunciamos a hacer una manifestación pública de nuestra fe ¿cómo puede ser posible la evangelización? Nadie me puede negar que el cristiano, cuando menos, tenga los mismos derechos de expresar sus convicciones que los que tratan de echarlos por tierra con críticas demoledoras o con burlas descaradas. Ciertamente no son estos cristianos de la doble personalidad y la doble moral los que el cristianismo está necesitando, sino de aquellos que hacen lo posible porque Cristo reine, no sólo en los corazones de los hombres sino en las familias, en la sociedad, en las naciones, en todos los pueblos, en el mundo entero.

 Con estas y otras dificultades nos habremos de encontrar en nuestra tarea de ser cristianos comprometidos, pero podemos enfrentarnos a ellas, pues aparte del poderoso motivo que encontramos en las palabras de Cristo, existe otro motivo que nos puede ayudar a mantenernos firmes en nuestro propósito. Es llevar un poco de esperanza a un mundo cada vez más deshumanizado. Jesucristo nos ha confiado a nosotros, cristianos del Siglo XXI, que llevemos este mensaje de esperanza, en una noche oscura, a unos hombres y a una sociedad que es la nuestra. Que nunca más se nos pueda echar en cara: Vosotros cristianos, a los que se os confió la luz ¿Qué habéis hecho con ella?

Cada cual sabrá que puede ir haciendo, a nivel personal, aunque sea muy poco, en su vida cotidiana, para poder llevar a cabo esta tarea evangelizadora

244.-Tenemos la obligación de defender nuestra civilización cristiana.

  Si en algo estamos todos de acuerdo es que la fe y los valores cristianos son la base de la civilización occidental. Renunciar a ellos ser...