2022-02-17

107.- Atreveos a educar a vuestros hijos


 


           El progresismo educativo de los últimos tiempos se ha venido manifestando a través de la Pedagogía Negativa que ha acabado por calar hondo en los ámbitos educativos, de manera especial en la familia, donde la falta de compromiso de los padres en materia de educación resulta, cuando menos preocupante. Alguien ha tratado de hacernos creer que la mejor educación es la que no existe. No son pocos los pedagogos que vienen predicando que hay que dejar al niño a su suerte, para que se desarrolle autónomamente , sin ningún tipo de intervención o con la menos posible. Semejantes planteamientos educativos pueden ser ya objeto de valoración, a la luz de los resultados obtenidos, que a decir verdad no han sido muy satisfactorios que digamos, aún así no son pocos  los que continuan creyéndose las patrañas de estos pedagogos iconoclastas que predican a los cuatro vientos que hay que ser omnitolerantes y omnipermisivos, dejando que sea el niño quien  decida en todo por sí mismo

 No revelo ningún secreto si digo, que todo ello va unido a un cierto deterioro del ejercicio de autoridad, que se nota no sólo en las familias sino también en las escuelas; allí por dejadez y aquí por impotencia. La crisis de autoridad en la familia es alarmante. Las responsabilidades familiares en materia de educación, es hoy más que nunca, una difícil función que nadie  parece dispuesto a asumir. El hijo que se ha dado cuenta de la situación, se ha dicho. Muy bien. ¿ Nadie quiere mandar? Lo haré yo. Y ahí tenemos a la criaturita convertida en pequeño déspota inmisericorde con padres y profesores. Porque vamos a ver ¿ Quienes son los que mandan  hoy en las escuelas y en las familias? Lo sabemos todos y sobre todo los saben mejor que nadie los propios niños. Ésta entre otras es la triste consecuencia de la “Pedagogía Negativa” que predica el no intervencionismo. Nada  de imposiciones, nada de exigencias, nada de disciplina. Dejémosle, al niño sin dirección para  que crezca  sin complejos y sin prejuicios. Dejémosle que sea el salvaje perfecto. Lo malo es, que lo del salvaje perfecto es una utopía, como lo es la pretendida autosuficiencia infantil.

 La experiencia ha venido a demostrar que el aprendizaje orientado desde fuera ha sido es y será algo connatural al ser humano. Quien quiera ver la  realidad sin prejuicios no le costará admitir lo necesaria  que es la educación , sobre todo en las edades más tempranas.

 Es la  propia experiencia la que nos demuestra  cada día que hemos nacido para ser educados, a menos que renunciemos a ser hombres. Es un hecho insoslayable que la educación va ligada a nuestra condición humana,  que es tanto como decir que es una tarea del hombre y para el hombre.

  Tal como están las cosas, los padres debieran ser los primeros de quitarse la venda de sus ojos y cuanto antes lo hagan mejor para todos, porque su inhibición educativa ni es bueno para sus hijos , ni lo es para la sociedad . No pueden seguir por más tiempo engañados confundiendo autoridad con autoritarismo, disciplina con coerción , comprensión con claudicación, tolerancia con omnipermisividad. Los padres han de comenzar a comprender que se les ha tratado de meter gato por liebre. Han de saber que no es cierto que reprender al niño crea en ellos frustraciones y complejos, sino más bien lo contrario, que son las correcciones oportunas las que hacen de barreras protectoras, dando seguridad a su incipiente personalidad, al tiempo que les ponen a salvo de muchos peligros que el niño no puede prever. Más aún, es el propio niño quien se siente decepcionado cuando no recibe  la corrección que él espera,  en el momento oportuno, por parte de quien debiera hacerlo. Algún día estos niños consentidos y caprichosos nos echarán en cara con toda la razón del mundo , que les hemos dejado crecer sin vallas de protección, que les hemos privado de esos valores y exigencias imprescindibles para afrontar una vida llena de riesgos, dificultades y compromisos por cuya razón, los padres han de decidirse de una vez por todas a afrontar sin miedos la difícil tarea de educar a sus hijos, conscientes que la influencia que ellos no ejerzan, otros con menos garantías la ejercerán por ellos.

 Nadie pone en duda las dificultades que entraña hoy ser educador y ser padre, en una cultura como la nuestra falta de referencias. Son los nuestros  tiempos en los que no existe un claro modelo educativo. Ya no es como antes, en que los padres eran espejo donde los hijos se miraban, más bien hoy  es a la inversa. Son los mayores los que tratan de imitar y parecer ser joven, en un mundo donde quien no es joven no es nadie.    Los tiempos que nos está tocando vivir vienen marcados por la falta de compromiso y  el miedo a asumir riesgos. Tiempos en los que cada cual trata de apañárselas como puede e ir tirando sin mayores preocupaciones. No, no es fácil ser educador y padre. De lo que sí estoy seguro es de que  la mejor forma que tienen los padres de manifestar el cariño a sus hijos es educándolos  sin olvidar aquello de “quien bien te quiere te hará llorar”. Lo cual no es poco. Ahora nos hace falta el coraje suficiente, para afrontar esta difícil tarea,  que nadie puede hacer por vosotros

244.-Tenemos la obligación de defender nuestra civilización cristiana.

  Si en algo estamos todos de acuerdo es que la fe y los valores cristianos son la base de la civilización occidental. Renunciar a ellos ser...