Se
viene hablando de la necesidad del reforzamiento de determinadas asignaturas
entre ellas las humanidades, si bien el punto caliente del currículo escolar
está en como deben organizarse los contenidos mínimos que el gobierno puede
marcar a las comunidades autónomas.
Desde el
punto de vista político a
Alguien ya se ha atrevido a decir que la democratización de la enseñanza ha traído como consecuencia una degradación de la misma , degradación que afecta no sólo a los bajos niveles de instrucción sino también al plano humano y moral de la persona, siendo esto último lo más preocupante.
La pérdida del principio de autoridad , la actitud inhibicionista de unos, junto a la interesada y desmedida participación de otros, podría explicarnos muchas cosas de las que están pasando hoy en la escuela, donde en gran medida se va para prender sólo lo que algunos quieren que se aprenda y a recibir la educación que los políticos quieren que se reciba y no la que más conviene. Claro está que hablar en estos tiempos de lo que conviene o no conviene debe parecer a algunos poco menos que intolerable. Hoy se habla en términos de lo políticamente correcto, que ya sabemos todo lo que significa.
El permisivismo y relativismo imperante en nuestra cultura impide que
se hable en términos absolutos y que se piense en un sistema determinado de
educación o en un modelo de persona. Ha dejado de tener sentido la búsqueda
de
Se tiene conciencia
que las cosa no van bien en educación . El fracaso educativo es un hecho
notorio, todos lo sabemos, pero ¿que se puede hacer? Desde la perspectiva
relativista pienso que bien poco. ¿ Cómo reformar un sistema educativo en
profundidad sin una idea clara y precisa de educación? Por otra parte ¿Cómo
tener idea precisa de educación si no se tiene una idea clara de lo que debe
ser el hombre? Y por fin ¿ Cómo saber lo que debe ser el hombre si estamos
instalados en un relativismo pluralista y contradictorio? Hoy lo que cuenta es
la política y ya sabemos que el arte de la política es versátil según las
circunstancias
En el mejor de los casos tendremos que seguir hablando de una educación en valores cívicos , sin saber muy bien en que consisten éstos, pues al no tener un criterio válido de referencia, cada cual les podrá entender como le venga en gana. Es así como la tan cacareada “educación en valores” no pasa de ser en nuestra cultura relativista más que un formalismo sin apenas contenido.
Así las cosas contentémonos con que la reforma educativa en marcha
satisfaga las expectativas políticas , siendo de desear en el mejor de los
casos, que los intereses de