Los
socialistas no se conforman con que la coeducación haya sido erradicada de los
Centros Públicos, ahora, tratan que también lo sea de los Centros Privados. El Ministerio de Sanidad,
Política Social e Igualdad de la
Sra. .Pajín ha elaborado un anteproyecto de ley para la Igualdad de Trato y no Discriminación aprobada por el Consejo de Ministros. La
ley-Pajín puede resultar conflictiva,
sobre todo en cuanto a la coeducación se
refiere, ya que entre otras cosas, la
libertad educativa queda gravemente dañada
Nadie pone en duda el derecho a la igualdad de
oportunidades en materia de educación entre los hombres y las mujeres, otra
cosa bien distinta es pensar que la educación diferenciada es discriminativa .
El mismo Consejo Fiscal ya ha manifestado que el anteproyecto se extralimita y
que no se puede pensar que por ya el hecho de separar no se discrimina.
Seguramente que lo que se pretende es
dar un paso más hacia el igualitarismo educativo inspirador del proyecto
educativo socialista. Hemos asistido y estamos asistiendo a un proceso de
politización de las instituciones educativas, La propaganda política se ha
encargado de asociar escuela mixta a progreso y escuela diferenciada a
regresión. Con estos presupuestos es fácil hacer funcionar imperativos
apriorísticos sobre coeducación que lejos de abrir nuevas posibilidades lo que
están haciendo es impedir un debate serio y reflexivo sobre la cuestión.
A una
sociedad pluralista como la nuestra correspondería, una escuela también plural que tuviera en
cuenta el sentir de las familias y no imponerlo todo desde las altas esferas,
de modo que las familias que quisieran que sus hijos e hijas fueran educados en
escuelas públicas diferenciadas, se les dieran tal oportunidad. La ley –Pajín
trata de evitarlo y uno se pregunta ¿ por qué el Estado ha de decidir una
cuestión que corresponde decidir a las familias?
Han sido las propias mujeres más comprometidas
las que han comenzado a cuestionar la
coeducación, porque no ha respondido a las expectativas y esperanzas en ella
depositadas. De la coeducación se esperaba por ejemplo una mayor integración,
que propiciara una más estrecha colaboración entre el mundo masculino y
femenino, disminución de la homosexualidad, disminución de la agresividad
masculina, se esperaban amistades más sinceras, matrimonios más maduros y mejor
avenidos. Nada de esto parece haberse cumplido satisfactoriamente. En una
palabra la escuela mixta no está satisfaciendo las aspiraciones de la mujer,
porque en ella el sexo masculino sigue teniendo ventaja sobre el femenino. En
este tipo de escuelas la forma de ser y de comportarse la imponen los chicos;
cuando lo recomendable sería que las jóvenes adolescentes tuvieran la
posibilidad de un personal desarrollo, que les permitiera ser ellas mismas.
En los
últimos años la coeducación ha pasado por ser un dogma pedagógico, un signo de
progreso, una formula asociada al mismo concepto de educación, un punto de no
retorno. ¿será esto cierto? ¿Hemos de
ver en la coeducación el exponente de la igualdad de oportunidades entre los
sexos?
Es un hecho que desde los años 80 países pioneros de la coeducación como
Inglaterra y Norte- América a la vista de los resultados comienzan a dar marcha
atrás, al tiempo que se oyen voces en contra de la escuela mixta y a favor de
la escuela segregada. Más que de un
dogma, la coeducación comienza a verse como un apriorismo pedagógico carente de
fundamentación sólida
Frente a
las consideraciones extrapedagógicas siempre discutibles, existen razones fundadas
en estudios serios que hacen que hoy en día
se cuestione la coeducación. Hay un hecho bio- psicológico suficientemente constatado, que pone de
manifiesta diferencias apreciables entre los sexos. Su desarrollo físico,
intelectual , emocional, es distinto. En los sexos se esconden rasgos
específicos, que dan origen a necesidades y posibilidades diversas. Estas
diferencias en los ciclos de desarrollo vital se traducen pedagógicamente
hablando en ritmos distintos de aprendizaje, en una desigualdad en la captación
de estímulos, desigualdad también en las motivaciones y en general en todo el
comportamiento. Las niñas tienen más capacidad geométrica en cambio las niñas les superan en dotación
lingüística., entre ellos y ellas hay preferencias, emociones y deseos
distintos. Sabido es de todos que el proceso de maduración no es el mismo par
los chicos que para las chicas. Así de 10 a13 años los niños se desarrollan más
de prisa que las niñas , en tanto que de los 14ª los 17 son los chicos los que
evolucionan más rápidamente. Estas diversidades en la escuela mixta no son
tenidas en cuenta, por lo mismo no debiera sorprender a nadie que desde los propios ámbitos de la pedagogía
seria se comience a poner en duda la eficacia de la coeducación. No puede
mantenerse por más tiempo la imposición de educar a las chicas como si fueran
chicos. Nunca so pretexto de igualitarismo se pueden atropellar el derecho a la
diversidad, sobre todo si éste tiene su origen en la propia naturaleza
Es
Burgess quien recientemente ha dicho “que la creciente evidencia de que la
coeducación crea a los alumnos más problemas que soluciones, lleva a restaurar el valor de las escuelas de un solo sexo y a poner en
duda el presupuesto de que la
coeducación ofrece las mejores oportunidades para el logro de la igualdad.” No
se puede cerrar los ojos a la realidad. El que
niños y niñas aprendan de forma diferenciada, puede resultar beneficioso para
ambos , en cualquier caso el Estado no
puede negar a los padres el derecho constitucional de poder elegir el tipo de
educación que desean para sus hijos e hijas.