2024-08-29

123.-Jacques Maritain antifranquista, enemigo de España (II)

 

 


Uno de los rasgos que mejor definen  al Maritain político es su fobia contra el nacional catolicismo lo cual unido a su simpatía por  el separatismo vasco, le convertirían en un personaje siniestro para los intereses de España. Eran los tiempos del posvaticanismo, que en la España franquista fueron especialmente turbulentos, quedando magníficamente reflejados en el libro del Sr. Blas Piñar, con el título. “ Mi réplica al cardenal Tarancón “. Sabido de todos, es que  en la segunda mitad del siglo pasado, la Iglesia Católica tenía como  máxima aspiración  el hacerse presente en un mundo que cada vez se iba alejando más de Dios, encontrando en Maritain el personaje idóneo para poder realizar este cometido, él fue ese hombre que siempre creyó  en la posibilidad de dar  respuesta  a los desafíos de los nuevos tiempos, revitalizando  y sacando fuera de los claustros, el pensamiento tomista del cual el llegó a ser un verso libre..  

No se trataba ya de imponer nada a nadie, sino simplemente de proponer y entablar un diálogo amistoso de igual a igual. Se pensaba que había llegado el momento de desacralizar la política  y los asuntos de estado para comenzar a diseñar un humanismo cristiano más  en consonancia con los tiempos que corrían,  que habría de tener como referente al humanismo integral ideado por Maritain, elogiado  por la  cúpula vaticanista, especialmente `por su amigo, discípulo y admirador , el cardenal Montini , que acabaría siendo Pablo VI, razón por la cual  el pensador francés  acabó convirtiéndose en el inspirador del Concilio Vaticano II, al menos por lo que a  cuestiones político-sociales se refiere. Igualmente habría de ser tomado como el interlocutor católico que menos sospechas podía  generar,  cara al intelectualismo moderno, ya que desde hace tiempo venia   mostrándose  como un pensador personalista, defensor de la libertad de religión,  demócrata  proclive al liberalismo, enemigo acérrimo de la confesionalidad del estado y a favor de un “Estado laico vitalmente cristiano”   con capacidad de conciliar las aspiraciones cristianas con las corrientes modernas de pensamiento. De lo que se trataba era  de abrir las puertas de par en par y  entablar un dialogo abierto con el mundo, creyendo que de este modo los que estaban fuera  podrían convertirse y entrar dentro,  pero la triste realidad fue  todo lo contrario, fueron no pocos los católicos que se pasaron   a las filas enemigas. Esto fue lo que sucedió  y  España fue un claro ejemplo de  ello . El mismo  Pablo VI, consciente de cuanto estaba pasando, acabaría  lamentándose  en una alocución del 29 de septiembre de 1972, con estas palabras: “ por alguna grieta el humo de satanás se ha colado en el templo de Dios  Se creía que después del Concilio «vendría un día soleado para la historia de la Iglesia. En cambio, ha llegado un día de nubes, de tormenta, de oscuridad, de investigación, de incertidumbre”. 

La apertura hacía el secularismo por parte del sector progresista en la línea de Maritain traería consecuencias nefastas para Iglesia Española,  que  afectarían negativamente a toda la Nación. En la última etapa del régimen franquista fueron apareciendo en  nuestro territorio admiradores del filósofo francés que siguiendo el proyecto en marcha, trabajaron denodadamente a favor de la operación  de desenganche de la Iglesia  Española  con respecto al Estado  y de este modo poder poner fin al Nacional- catolicismo. Para llevar a acabo  tal operación de desenganche, el Vaticano procedió aceleradamente al relevo de 35 obispos de libre designación, cuya tendencia política fácil es de imaginar; fue el momento a partir  del cual, en  la Iglesia Española comienza a vivirse un periodo de incertidumbre.

Esta situación  favoreció a los elementos subversivos que estaban esperando la ocasión. Aprovechando el relevo de obispos y el cuadro de mando, los  agnósticos y ateos , especialmente comunistas, se infiltraron sin dificultad alguna en las instituciones y organizaciones eclesiales con el fin de dinamitarlas desde de dentro  y vaya si lo consiguieron. La pujante Acción Católica fue ideologizada  y en los grupos de apostolado seglar se infiltraron elementos marxistas que con el pretexto de unas reivindicaciones justas, comenzaron a maquinar contra el Régimen  de Franco

 

Tan  embarazosa llegó a ser la situación que obligó a la administración franquista a tomar cartas en el asunto, porque a las autoridades eclesiales seles había ido de las manos. De esta fecha son las palabras de Carrillo agradeciendo al progresismo conciliar inspirado en Maritain toda la ayuda prestada al partido comunista de España“ Los católicos, aseguraba Carrillo, son nuestros más fieles aliados…El comunismo nunca hubiera podido llegar tan adelante como ha llegado, de no haber contado con la ayuda de la Iglesia Posconciliar”. (Le Figaro 3 de febrero de 1967).     

 A río revuelto,  también  el separatismo vasco que siempre tuvo a Maritain como valedor, intentó sacar tajada. En los últimos años Franco tuvo que vérselas  con unos vascos envalentonados  que se frotaban las manos de ver como Maritain  comenzaba a tener un cierto reconocimiento en España y sus ideas se abrían camino. En este escenario presidido por la confusión hizo su aparición  el terrorismo de ETA , y  tuvo lugar el caso tan comentado del  obispo Monsr. Añoveros,  que se atrevió a echar un pulso a la autoridad civil y de no haber sido por la prudencia del jefe del Estado, la cosa hubiera acabado como el rosario de la aurora.  Tiempos turbulentos en fin. La democracia de ser tenida como fruto venenoso del liberalismo pasó a ser el sistema político exigido por el cristianismo, tal como había sido ideado por  el pensador francés, cuya sombra alargada  se proyectó sobre la España católica. Este personaje, lógicamente no estuvo bien visto en nuestro suelo patrio. El Sr Suñer llegó  a considerarle como el enemigo número uno de  España ya que desde el catolicismo al que él pertenecía se condenaba al nacional -catolicismo surgido del espíritu del 18 de julio y ello  representaba tanto  como tener el enemigo en casa. Habría que decir que el católico Maritain no fue leal con la católica España; pero aún así , Francisco Franco a lo hora de morir no guardó rencor a nadie  y sus últimas palabras fueron una llamada a la reconciliación: “perdono a cuantos se declararon mis enemigos sin que yo los tuviera como tales. Creo y deseo no haber tenido otros que aquellos que lo fueron de España”.

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