2024-03-08

2016.-Los curas de La Sacristía de la Vendée se rebelan contra lo políticamente correcto

 


La Sacrista de la Vendée es como se conoce a la tertulia sacerdotal contrarrevolucionaria semanal, que se emite todos los jueves a las 19 h. a través de You-tube y  que está integrada por varios sacerdotes, algunos de ellos pertenecientes a la archidiócesis  de Toledo, entre los que se encuentra el P. Rodrigo Menéndez Piñar, nieto de Blas Piñar, uno de los parlamentarios más brillantes y honestos que haya tenido España,

La cuestión es que dicha tertulia ha pasado al primer plano de actualidad por el hecho de que en el trascurso de la misma, el sacerdote Gabriel Calvo se expresó en estos términos “ Yo rezo mucho por el papa, para que pueda ir al cielo cuanto antes”, manifestación, que en forma semijocosa, fue compartida por otros contertulios. Esto fue todo. La noticia ha originado una enorme escandalera que está siendo aprovechada para desprestigiar  a este colectivo. No seré yo quien trate de juzgar a este grupo de sacerdotes intachables, respetuosos con la doctrina de la Iglesia, sumisos a la autoridad del papa y que tienen por lema “Ubi Petrus, ibi Ecclesia”. Lo que sí que me gustaría es tratar de aclarar ciertos extremos.  Veamos

¿Es tan grave lo de estos curas tertulianos de la Sacristía de Vendée? En realidad este deseo  fue la oración preferida de muchos santos dirigida a Dios  ¿No fue Sta. Teresa la autora del bello y elevadísimo poema de “Muero porque no muero”. A lo mejor, precisamente ésta  sea también  la súplica, que él mismo Francisco dirige  a Dios todos los días. Solo cuando se tiene una fe y esperanza frágiles puede decirse que “el cielo puede esperar y aunque en la casa del Padre se esté muy bien en ninguna se está mejor que en la casa propia”. Seguramente que si en su lugar hubieran dicho que rezan a Dios para que Francisco permanezca encadenado a una silla de ruedas durante una larga vida, purgando como todo ser humano, por sus faltas de acción u omisión, por sus silencios o incontinencias verbales, también les hubieran criticado ésos que ven con tan buenos ojos la eutanasia y es que esto de rezar  por los demás se ha vuelto complicadísimo y si no que se lo pregunten a quienes acuden a las clínicas abortivas para pedir por las víctimas inocentes y por sus madres.

Sea como fuere,  el hecho es que y el arzobispo de Toledo  se ha dado prisa para llamarles al orden y apercibirles  muy seriamente y a mi me gustaría saber si la jerarquía eclesiástica está midiendo a todos por el mismo rasero, porque según parece  a los de casa se les amonesta rápida y contundentemente,  mientras que ante quienes van diciendo por ahí que “la iglesia que más ilumina es la que arde” y ante los “asaltacapillas”, la actitud es ponerse de perfil y lo único que se les ocurre decir, es que hay que ser comprensivos y tolerantes porque todos alguna vez hemos sido jóvenes e impulsivos.

Cierto que lo ocurrido en la tertulia de la Sacristía de Vendée ha producido un gran revuelo social, pero cabe preguntar ¿quíenes son los que se han escandalizado? Pues aunque parezca paradójico han sido los anticlericales  de siempre y los pseudoprogresistas de izquierdas que defienden la eutanasia y a los que nunca se les ha oído una palabra de reproche contra los abyectos asesinos de miles de sacerdotes y religiosos y de no pocos obispos durante la década de los años treinta . ¿ Puede caber mayor cinismo?

No nos engañemos; el episodio puramente anecdótico de  La Sacristía de Vendée, del cual  ya se han disculpado los responsables, no es más que un mero pretexto para seguir masacrando  a quienes se resisten al pensamiento único. El problema de fondo, según yo creo, no está en que se rece o se deje de rezar sino que la cuestión  está en quienes lo hacen. Esta es la  clave para entender lo que está pasando. En el caso que nos ocupa se trata de un colectivo de sacerdotes tildados de ultraconservadores, fachas, defensores a ultranza de los valores tradicionales de la España eterna, admiradores de Franco al que consideran un cristiano ejemplar  y promotores del imperio de Cristo Rey  en todos los órdenes de la vida, tanto privada como pública y claro está, ante la mirada de los guardianes del orden establecido, esto no se corresponde con lo políticamente correcto, razón por la cual la tertulia contrarrevolucionaria de estos  valientes sacerdotes ha comenzado a crear cierta alarma social ¿Cómo no va a crearla?  Si estamos viviendo bajo un régimen de despotismo encubierto en donde la libertad de expresión es una engañifa y quienes se salen del guion  están ya proscritos de antemano

Al margen del episodio  que ha ocasionado este follón y como telón de fondo  está  el hecho de que  dentro de la Iglesia  Católica, por fin,  ha surgido   un nutrido y compacto grupito de sacerdotes preparados que son conscientes de su sagrado ministerio, que asumen su responsabilidad  como tal y están  dispuesto a hablar y dar la cara en unos tiempos de silencios cómplices en que  son pocos los que se  atreve a dar la cara, debido a los complejos y miedos que todos conocemos o tal vez para no perder las prebendas. Ellos no, ellos se la están jugando a sabiendas que se exponen al destierro , al ostracismo o simplemente a quedar a expensas de  la misericordia de sus superiores, pero no les importa, porque lo que buscan no es hacer carrera, sino  que lo que buscan es servir a la Iglesia y a  la sociedad..

La buena noticia es que no se trata ya de “francotiradores” que van a su aire, sino de un grupo organizado con un proyecto en común y si bien carecen de medios y de apoyos están llevando a cabo una misión encomiable. Las cifras hablan por sí solas. Acaban de iniciar su periplo y ya cuentan con 50.000 suscriptores en Yutube y varios miles de reproducciones. ¿Dónde está la clave del éxito? Pues ni más ni menos, que en su autenticidad, es decir, en predicar clara y llanamente el mensaje del evangelio e ir a lo esencial, que es lo que en definitiva el pueblo cristiano en su mayoría está necesitando.  El mero hecho de ir contracorriente que todo lo quiere   arrasar, ya sería motivo suficiente para tomarles en consideración y por su puesto, su entrega generosa para hacer presente a Dios en medio de un mudo descreído. Con ello están prestando un servicio a los hombres de nuestro tiempo y ¡ojalá! que el esfuerzo que están haciendo, les sea reconocido cuanto antes, sin que nadie trate de cortarles las alas, sino que se vean recompensados con el apoyo que merecen para seguir creciendo.  En estos tiempos presididos por la desorientación y la mentira necesitamos gente como ellos que no tenga miedo a proclamar la verdad a los cuatro vientos.


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