El matrimonio y familia hoy día, son dos instituciones que están atravesando una crisis, seguramente sin precedentes en la historia de la humanidad. Hoy son frecuentes los matrimonios separados, las familias rotas, según estadísticas fiables por cada 100 parejas que se casan, el 55, 09 se separan. Se comienza a hablar ya con toda normalidad de parejas de hecho, matrimonios entre homosexuales, matrimonios compartidos, matrimonios a plazos, parejas a prueba, hay tanto lío que uno casi acaba por preguntarse. A ver si ahora lo anormal va a ser el matrimonio de por vida, de una hombre con una mujer. La situación comienza a ser alarmante. Nos estamos cargando la familia sin darnos cuenta y con ella también nos vamos a cargar a la sociedad. La pregunta es ¿Cómo hemos llegado hasta aquí.? Confieso no tener la respuesta en mis manos; pero si puedo ofrecer algunas consideraciones al respecto que bien pudieran ayudarnos a entender mejor este complejo asunto. La primera consideración sería la siguiente: educar en el amor libre está teniendo consecuencias perniciosas para la familia. Veamos
Educar en el amor libre está contribuyendo a la desintegración de la familia
El dos de Febrero del 2004 se hizo público un documento de
Aparte de la polémica habida con la aparición de este documento episcopal, lo que parece claro es que el amor libre no está favoreciendo precisamente a la estabilidad familiar. Se nos ha querido vender un amor exento de compromisos, exento de fidelidades, libre de uniones conyugales y se está viendo que con esto no se llega a ninguna parte. Se nos ha vendido un amor que tiene muy poco de amor y mucho de sexo, un amor de “usar y tirar”, un amor objeto del que se puede cambiar como quien se cambia de camisa y ahí tenemos los resultados. Es significativo que Madona haya decidido mantener a su hija alejada de todo lo relacionado con el sexo.
Ante tal situación ¿qué se puede hacer?...Hay que decir que es urgente una política familiar que tenga en cuenta la eficacia que en esta cuestión puede tener el factor educativo. Hay que promover los centros de educación familiar. Hay que tomar en serio la educación de las jóvenes generaciones en la verdad del amor, enseñándoles lo que es una sexualidad auténtica y responsable. Hay que salir al paso de esas campañas informativas que incitan al desenfreno y que hacen creer a nuestros jóvenes que el sexo es una actividad humana que nada tiene que ver con la moralidad y de la cual se puede hacer uso y abuso como a cada cual le venga en gana.
Hay que educar a nuestros jóvenes en el convencimiento de que el matrimonio es algo muy serio que lleva implícita unas responsabilidades y unas obligaciones que es preciso afrontar. Hay que hacerles saber que el matrimonio comienza a ser hermoso cuando hay compenetración, falta de egoísmo, capacidad ilimitada para la entrega generosa. En fin, es necesario hacerles saber por medio de una educación responsable que la recompensa de todo matrimonio está al final después de haber aprendido a envejecer juntos. La segunda consideración hace referencia a lo que desgraciadamente es noticia frecuente en los periódicos y que constituye una auténtica lacra, me refiero a los malos tratos, violencia y muerte en las familias cuyos orígenes puede que estén en una mala educación
La violencia doméstica como fruto de una educación androcéntrica y de la falta de valores
El terrorismo familiar, es una realidad que debiera tenernos más que preocupados, Se trata de un fenómeno del que, según se nos dice, solamente conocemos la parte emergente de un gigantesco iceberg. Aún así los datos son aterradores, Un reciente informe nos habla de 162 víctimas en España desde el 2001 y lo peor del caso es que esta lacerante lacra no parece que vaya a desaparecer de inmediato. Hemos sido testigos de una escalada de la violencia doméstica, muertes , abusos sexuales de todo tipo, que alcanzan a los menores dentro de la misma familia, muchedumbre de niños, víctimas de las dasavenencias familiares, huérfanos de afecto que no conocerán nunca lo que es el calor de un hogar. Así es de desolador el panorama de muchas familias hoy. Según opinión bastante generalizada el machismo es la causa de este lacerante fenómeno; pero habrá que contemplar también, como posible causa del mismo, la ausencia de valores que es una de las carencias en nuestro actual sistema educativo
Las vejaciones, humillaciones, malos tratos e injusticias contra la mujer, tienen un largo recorrido histórico como largo ha sido el periodo dominado por la cultura androcéntrica, reflejado en frases que van desde “ la maté porque era mía” hasta la de “que la disfrutes con salud” como forma de dar la enhorabuena al novio el día de su boda.
No vamos a engañarnos el androcentrismo es el componente de una cultura ancestral que hoy sigue manifestándose con singular crueldad. Todavía hay hombres que se creen con superioridad sobre la mujer; por si no lo sabían, hay gentes que tienen una particular interpretación del relato bíblico del génesis, que sería esta: y dijo Dios Yavé hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza y de las manos de Dios salió Adán; pero pronto Yavé se dio cuenta que no era bueno que el hombre estuviera solo y entonces dijo a Adán has de elegir compañera para que no estés solo. Si me concedes la mitad de tu alma, de tu corazón, de tu cerebro, yo podría hacer con ellas un ser semejante a ti, si lo que me concedieras fuera parte de tus brazos, de tus piernas de tus ojos, el ser que de ellos saliera, no sería como tú pero; te sería muy útil. Decide tú. Al poco Adán se presentó ante su Dios Yavé y le dijo . Lo que te concedo es una costilla . Haz con ella lo que puedas y es así como de ella salió Eva su mujer.
Va siendo hora de que esta cultura androcéntrica sea sustituida por otra que responda a las aspiraciones de igualdad entre hombre y mujer, para ello habrá que educar a las niñas y a los niños en el convencimiento de que uno y otra tienen los mismos derechos y obligaciones, los mismos tratos, las mismas consideraciones, los mismos sueldos, las mismas oportunidades.
Al machismo responsable del terrorismo doméstico hay que retirarle todos los apoyos, también los que de una forma o de otra les prestan las propias mujeres. Se van a sorprender, por lo que les voy a decir. Según los resultados de una importante encuesta; la mujer aparece mayoritariamente como la responsable del androcentrismo. A la pregunta ¿Quien puede ser el causante del machismo? Estas fueron las respuestas. El 41 % opina que son las madres, el 29 % piensa que son las novias y esposas, el 22% piensa que es la sociedad y el 8% hace responsable al propio hombre. Antes de pasar adelante es conveniente dejar claro, para evitar malentendidos, que el culpable de la violencia doméstica es siempre quien la comete y que sobre el maltratador es sobre quien debe caer el peso de la ley. Esto no quita para poner de manifiesto que la mujer debido a la educación recibida, tenga unos comportamientos que favorecen el que se perpetue esta cultura androcéntrica.
Esto sucede cuando las madres con la mejor intención del mundo trata de forma diferenciada a los hijos y las hijas, cuando las novias y esposas aceptan gustosas imposiciones y comportamientos del novio y del marido que van más allá de los límites. La mujer en general está favoreciendo al machismo cuando imita las peores actitudes y comportamientos del hombre. Tristemente hay que reconocer que la mujer presuntamente liberada de los tiempos modernos , se ha pasado con armas y municiones al enemigo. La mujer liberada de hoy se emborracha como se emborracha el hombre, se droga, blasfema y se expresa en los términos sexistas en que lo hace el hombre. No hay expresión por obscena y machista que sea que no esté en boca de la mujer que se dice liberada, lo cual no sólo es de pésimo gusto sino que resulta estúpido y ridículo para la propia mujer. Digánme si no ¿ Que sentido tiene que una mujer exalte y haga suyas unas prendas que son del varón, cuando las suyas nada tienen que envidiar? ¿ No resulta resulta un sin sentido, que una mujer incluso cuando quiere poner nombre y apellido a un canalla, lo haga acordándose de su madre que la pobre no tiene culpa de nada y además es una mujer como ella. Lo peor del caso es que de las jóvenes madres aprenden los niñitos pequeños y también las niñitas que hay que oirlas. También quisiera decir, pero esto a título muy personal, que será muy moderna incluso cómoda la forma masculinoide y zarrapastrosa de vestir de muchas mujeres: pero que a mi me resulta dudosamente femenino. Es mi opinión, la que cabría esperar de un carca como yo. Por el contrario, se dirá, que la mujer liberada de hoy ha descubierto el sexo, por fin saben lo que es el sexo, como si sus abuelas, por el hecho de ir envueltas en tres o cuatro refajos no supieran de donde venían los niños. No lo veo yo muy claro esto
Lo que si que parece claro es que la acción educativa está llamada a hacer algo en contra de la violencia doméstica, no solo, ayudando a superar la cultura androcéntrica y promoviendo la igualdad de derechos entre hombre y mujer, como ya apuntábamos, sino educando para una convivencia basada en el respeto mutuo, la generosidad, la tolerancia, el afecto, la comprensión etc. o dicho de otra manera está haciendo falta una educación en valores que sean la garantía de un comportamiento moral humano y responsable. Es significativo que la crisis familiar y la explosión de violencia en todos los ámbitos de la vida que estamos padeciendo coincida con la carestía de valores en nuestra sociedad. Cada vez está más claro que la integración familiar y social ha de ser el fruto de una educación que tiene en cuenta las actitudes y los hábitos de comportamiento moralmente correctos que hay que saber inculcar en los niños y las niñas desde muy pequeños.