2022-02-14

70.- Unidos en el día de la Hispanidad

 

 


El Descubrimiento del Nuevo Mundo fue un acontecimiento significativo culturalmente. Ello supuso para América el inicio de la racionalidad  y la aceptación del rigor científico; pero también Europa se vio favorecida por este encuentro de culturas.

Mayas, aztecas e incas, a la llegada de los españoles a sus tierras disponían ya de un peculiar mundo de representaciones, que aún no han sido desveladas hasta sus últimas consecuencias. Especial atención merecen sus especulaciones sobre Viracocha (dios), que se muestra ante nuestros ojos con la imagen sugestiva de creador incomensurable e indescifrable, hacedor y dominador de todo cuanto existe. El mundo (Pacha), dimensionado en tres grandes espacios: el hombre (runa), que se nos muestra como un sujeto perceptible.

En contra de lo que vulgarmente se cree hay que destacar las elevadas apreciaciones éticas de estas gentes. Su ordenamiento social y político estaba presidido por el orden moral, hasta el punto de poder decir que la ley y la norma moral discurrían de forma paralela. La legislación estaba inspirada en la ética y ésta 44 estaba respaldada por la ley.

En otro sentido hay que decir también que el encuentro con América supuso la revitalización del logos de occidente. Al contacto con el Nuevo Mundo surgen problemas y situaciones que exigen una actualización de los sistemas conceptuales. Ello obliga a hacer los oportunos planteamientos y obligan a las mentes más preclaras de pensadores y juristas a dar lo mejor de sí. En este sentido bien pudiera decirse que América fue la ocasión para que en Europa renaciera un nuevo humanismo y comenzaran a ponerse las primeras piedras de una antropología que  tenía como fundamento la dignidad de la persona.

Hoy se ha vuelto a producir un nuevo encuentro latino- americano pero esta vez en tierras del Viejo Continente. Las circunstancias han cambiado. En esta ocasión lo tenemos más fácil en orden a establecer las bases de un ordenamiento justo y pacífico para la convivencia. Todos somos necesarios, todos podemos salir beneficiados en este nuevo encuentro. No somos tan diferentes, en el fondo nos alimentamos de unas mismas raices culturales y participamos de las mismas aspiraciones y esperanzas. Partamos del hecho de que todos compartimos la misma dignidad de persona como lo pusiera bien de manifiesto Francisco de Vitoria ya en el siglo XVI. En tiempos del Descubrimiento

 

127.- Unos días de convivencia con los monjes trapenses de la abadía de Sta. Mª de Viaceli

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