2021-06-05

1.- El tema de nuestro tiempo

 





Queremos comenzar este blog trayendo a colación la problemática cultural del momento actual que nos está tocando vivir. Tiempos complejos son los nuestros en lo que todo sucede muy de prisa y lo que ayer fue una novedad hoy ha quedado ya obsoleto, hasta el punto que nadie puede estar actualizado en todo. Seguramente tienen razón  quienes afirman que en un año de los de ahora suceden más cosas que en  tiempos pasado no muy lejano. Tanta información y complejidad de manifestaciones culturales a las que nos enfrentamos necesariamente tiene que ser procesadas por separado como si fueran las piezas de un complicado puzle que hay que ir articulando  con paciencia y con cuidado si no queremos dar una visión de conjunto distorsionada 

Las radiografías y los análisis pertinentes aplicados a nuestra sociedad contemporánea han servido para que sociólogos y filósofos pudieran formular un diagnóstico de lo que nos está pasando. Los tiempos que nos está tocando vivir son los que corresponde a una nueva era histórica que ha sido bautizada como la Posmodernidad. Que viene presidida por la falta de seguridad y de consistencia en todos los órdenes.  A ella se han referido autores tan cualificados como Lyotard que la identifican con “ la provisionalidad” Vattimo con “el  pensamiento débil,  Derrida con “la desconstrucción”, Bataille con el “pensamiento cansado”  Berman con “el desvanecimiento” etc. Como puede verse todos ellos apuntan a una situación de crisis, de desvanecimiento de perplejidad. Lipoveski que junto con los autores citados pasa por ser uno de los representantes más cualificados de nuestro tiempo dejó escrito un libro titulado “La era del Vacío”, donde se refleja la situación actual del “todo vale” ahora bien al ”todo vale”  se llega cuando ya nada vale porque lo que hay es un enorme vacío.

 Hemos roto con el pasado. Esto nadie lo pone en duda.  Hemos quemado las naves sin tener otras de repuesto. Lo hemos hipotecado todo en aras de una libertad, sin límites, sin trabas y sin compromisos.  Hoy nada hay firme y consolidado, nada podemos dar por seguro y consistente. Los grandes macrorrelatos de la historia de los que nos habla Lyotard  ya no nos sirven y si las grandes cosmogonías no tienen valor tampoco lo tiene la historia. Todo ha sido cuestionado cayendo en un nihilismo radical del que no sabemos salir.

Lo sucedido hasta ahora ha sido fundamentalmente una labor de acoso y derribo de todo, porque se consideraba que ya no iba con el espíritu de los tiempos. Sabido es que es más fácil demoler que construir y que lo que costó siglos en consolidarse, ha podido ser barrido en cuestión de lustros. En muy poco tiempo nuestro mundo ha cambiado de forma drástica. Una era histórica ha sido finiquitada lo que  no está tan claro es que hayamos comenzado una nueva era. Sabemos lo que hemos dejado atrás pero no sabemos lo que nos espera. Las culturas no son obra de unos años se van forjando a través de décadas y consolidando a lo largo de los siglos por tanto aunque todo vaya muy rápido habrá que esperar al alumbramiento de una nueva cultura con identidad propia. Lo que ahora estamos viviendo es un periodo de interinidad de pura provisionalidad, mientras el horizonte se vaya despejando.

230.-Conclusiones extraíbles de la catástrofe en Valencia.

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