2025-01-14

232,- La noche mágica de los niños ricos es la triste noche de los niños pobres

 





La Adoración de los Reyes Magos es una festividad que se viene celebrando desde tiempos muy antiguos, por lo menos se remonta al S. III; esta conmemoración venía a ser el colofón de la Navidad y el mundo cristiano, a través de ella, festejaba la manifestación del Niño Dios, haciéndose presente a todos los habitantes de la tierra, por eso era conocida esta fiesta con el nombre de Epifanía. Los protagonistas eran unos personajes misteriosos, procedentes de Oriente, que guiados por una estrella fueron conducidos hasta Belén para rendir pleitesía al Rey de reyes, que yacía en un humilde pesebre. Dichos personajes, no se sabía ni quiénes ni cuántos eran, hasta que en tiempos de León Magno se determinó oficialmente que se trataba de tres personalidades relevantes, que respondían a los nombres de Baltasar, como representante de África, Melchor, perteneciente a Europa y Gaspar, originario de Asia. En ellos estaban representados los tres continentes conocidos por entonces y en ellos quedaban también significadas las distintas edades del hombre:  juventud, madurez y ancianidad.

 La Epifanía, durante mucho tiempo fue considerada como la fiesta ecuménica, en que todo el mundo podía alegrarse por ver al Dios nacido. Según se había anunciado por los profetas, era el regalo que Dios hacía a los hombres y mujeres de todos los tiempos y de toda condición, o para ser más exactos, era el Misterio de Amor en el que Dios mismo se nos daba como regalo. Para poder alegrarse de esta locura divina había que tener la inocencia de los niños, pero para nuestra desgracia esta inocencia se ha perdido y lo que tendríamos que hacer es recuperarla cuanto antes. Sí, porque de otro modo, el mundo andará falto de sonrisas, de ternura, de amor, de cálidas acogidas, ya que, como decía Dostoievski: “El hombre que guarda muchos recuerdos de su infancia, ése está salvado para siempre”.

Cada uno de los Magos ofreció al Niño Dios un rico presente, circunstancia ésta  que dio pie a que se pusieran en práctica determinados comportamientos, que acabarían que marcando el rumbo posterior de esta festividad;  de este modo, a partir del siglo XIX, se introdujo en España la costumbre de hacer regalos y convertir esta celebración  en  un acontecimiento social, que fue desplazando el sentido  religioso hasta convertirse en un pretexto para intercambio de regalos.

 

 A partir de aquí, el 6 de enero dejó de ser una fecha en que no todos podían compartir la misma alegría a partes iguales. Los niños ricos se despertarían viendo cumplidos sus sueños, mientras que los niños pobres no podrían contener su llanto al contemplar su pobre calzado vacío de ilusiones.   

La triste noche de Reyes de los niños pobres, en la que nadie se acuerda de ellos, es el contrapunto a las dulces navidades de los niños ricos. De este modo, las fiestas más entrañables del año han ido dejando de ser el regalo más preciado, que Dios había preparado para todos a partes iguales.  

Desgraciadamente, la infancia solo se vive una vez y hay muchos niños y niñas en el mundo que dejarán de serlo sin haber saboreado el hechizo de la Navidad, por lo que nunca jamás podrán recuperar sus sueños infantiles, ésos mismos que sus pequeñas manecitas, les hubiera gustado acariciar. Miguel Hernández se pasó toda la vida lamentando esta frustración: “Ningún rey coronado/tuvo pie, tuvo gana/para ver el calzado/de mi pobre ventana. /Por el cinco de enero,/de la majada mía/mi calzado cabrero/a la escarcha salía./ Y hacia el seis, mis miradas / hallaban en sus puertas/mis abarcas heladas,/mis abarcas desiertas”. Grazie Magazine quiere dedicar un recuerdo emocionado y cariñoso a todos los niños desamparados,  como consecuencia de la falta de solidaridad de un mundo convulso y  deshumanizado   

231 ,. Medio siglo sin Franco

 

El 2025 va a ser el año en que se cumple el cincuentenario de la muerte de Franco, un hombre entregado por entero a España, que ostentó la jefatura del Estado Español durante más de un cuarto de siglo. Por disposición oficial y con motivo de esta efemérides, a él se le va a dedicar este año en curso, no ciertamente para ensalzar su memoria, sino con la intención satánica de conmemorar su muerte y desaparición, hecho insólito, sin precedentes, que pone de manifiesto el grado de degradación a que han llegado nuestros gobernantes, incapaces de erradicar de su corazón el odio que les corroe. Por lo que se ve 50 años no han sido suficientes para enterrar viejos resentimientos corrosivos, ni para olvidarse de rencores patológicos.  Con este motivo están previstos más de un centenar de actos en torno al franquismo, sufragados como es de suponer con el dinero de todos los españoles.  Anclado en el pasado, nuestro actual gobierno se empeña en cambiar la realidad histórica, como si las mentiras mil veces repetidas tuviera el poder taumatúrgico de reinventar el pasado, sin percatarse de que esto es imposible.

 

Un día, seguramente no tardando mucho, Vd. Sr. Sánchez dejará de administrar el Boletín Oficial del Estado y ya no podrá aleccionar a nadie sobre lo que ha sido o ha dejado de ser la historia de España en las últimas décadas. Se verá obligado a reconocer que tanta propaganda siniestra, vomitada por su boca, no ha servido para otra cosa que no sea para encender el fuego entre los españoles y desacreditarse a sí mismo. Tendrá además que avergonzarse del poco respeto que ha tenido Vd. para con los muertos, a los que debiera haber dejado descansar en paz. Sr. Presidente del Gobierno, sea consciente que, debido al cargo que ostenta, está obligado a ser juicioso y prudente y no dedicarse a echar más leña al fuego y aunque tarde, debiera aprender de la sabiduría popular, que nos enseña que “aguas pasadas no mueven molinos”. Deje de mirar atrás y trabaje para solucionar la situación desesperada de muchos españoles, de aliviar la situación angustiosa en la que viven muchas viudas y ancianos, trate de iluminar con algún rayo de esperanza a una juventud a la que se le está negando el futuro y a nivel personal intente recuperar su paz interior personal, cosa que no logrará jamás, si su corazón no deja de destilar odio por todos los costados.  Ocúpese en fin de sembrar concordia entre los españoles y no aversión y desavenencias.

 

 Triste es constatar cada día que pasa, que el sentimiento revanchista de quienes fueron vencidos por el “Levantamiento Nacional” es tan fuerte que les impide vivir sosegadamente. Se muestran incapaces de asumir el pasado, de aceptar la realidad tal como fue. No acaban de entender que el tiempo es irreversible y que no permite la marcha atrás. De nada va a servirles tratar de resucitar nuevos fantasmas, porque la historia escrita, escrita está y lo estará para siempre. Sr. Sánchez, ya va siendo hora de que se entere, que quien fue caudillo de España no dejará de serlo por más que Vd. se empeñe en convertirlo en un dictador implacable que, oh ironías del destino, el 14 de diciembre de 1966 en el referéndum celebrado en España sobre la Ley Orgánica del Estado, obtenía un respaldo de más del 90% de los españoles, con la participación aproximadamente del 98%. Por más que Vd. se empeñe en lo contrario, el Generalísimo Franco no va a dejar de ser el que fue, un patriota ejemplar, que salvó a España de la lacra del comunismo, ni va dejar tampoco de representar

lo que representó para su nación, logrando durante su mandato, una de las mayores cotas de prosperidad de la historia de España, tanto en lo material, que llegó a ser la octava potencia del mundo, como en lo espiritual, celebrada como la conciencia de occidente y la reserva espiritual de Europa. Querido en vida por su pueblo y llorado igualmente por casi todos en su muerte. Francisco Franco se fue de este mundo en olor de multitudes, al igual que había vivido, con una inmensa paz interior, propia de quien había servido con lealtad a su pueblo y con la conciencia tranquila por el deber cumplido. En el momento supremo de su partida, en que la sinceridad apremia, dejó para la historia estas sentidas palabras que ponen de manifiesto su talante, noble y conciliador. "Pido perdón a todos, como de todo corazón perdono a cuantos se declararon mis enemi­gos, sin que yo los tuviera como tales".  ¿Alguien puede imaginar estas palabras saliendo de la boca del Sr. Sánchez? No nos engañemos, la concordia hoy tan necesaria entre los españoles, no puede ser fruto del ansia de revanchismo o la sed de venganza, sino fruto de la piedad y del perdón.  Quien no está dispuesto a perdonar, ni sabe pedir perdón, difícilmente puede ser instrumento de paz y de concordia.  

 

Mucho me temo que este año dedicado a conmemorar la muerte de Franco, sirva para empeorar las cosas, al tiempo que me pregunto ¿Qué hay detrás de todo esto?   ¿Cuál es el verdadero motivo de semejante despropósito? Y pensando, pensando… yo he llegado a la conclusión de que en el fondo lo que hay es miedo, mucho miedo a que lo que parecía muerto vuelva a resurgir, bajo distinta forma, con redoblado vigor. A la misma conclusión llego, cuando pienso en la intimidatoria ley de la Memoria Histórica del Sr. Zapatero, reforzada por la Memoria Democrática del Sr. Pedro Sánchez, pensadas ambas para “acongojar” a los “fachas”. Muy desesperados han tenido que sentirse ambos personajes para verse obligados a recurrir a estas medidas extremas, propia de déspotas y es que cuando no se tiene la fuerza de la razón hay que recurrir a la razón de la fuerza y aquí está el “quid” de la cuestión. 

 

   Obviamente, Franco ha muerto y nadie hay que pueda remplazarlo, pero la ejemplaridad y la herencia espiritual  que nos dejó, ahí están, siguen vivas  y afortunadamente han de seguir estándolo como dedo acusador, por mucho tiempo y esto precisamente  es lo que a muchos les molesta y les desespera, incluso y tal vez de un modo especial a aquellas fuerzas políticas que un día se sintieron vinculadas al espíritu del 18 de julio y que por diversos motivos inconfesables, se pasaron al bando enemigo, olvidándose de sus principios y  de su pasado, para entrar a formar parte del frente común contra el franquismo.  

 

Ya solo queda la voz que clama en el desierto de unos cuantos franco-tiradores, ninguneados, acosados y perseguidos, sin recursos y sin medios para hacerse oir pero, aún con todo, disponen del arma más poderosa, que les hará invencibles. La razón está de su parte y  no solo Hegel, también la experiencia nos dice, que tarde o temprano, ella es la que al final acabará imponiéndose.  Está por venir el día en que se haga justicia. El miedo que unos tienen de que esto pueda llegar a ser así, debiera verse como esperanza. Cuando menos, mirando al futuro, seguro que el consuelo no les faltará,  a quienes permanecieron fieles a Dios y a la Patria y mirando al presente, hay que pensar, que no todo está perdido, pues como decía D. Quijote a Sancho: “ Si los perros ladran señal es de que se sigue cabalgando”

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234.- Del "prohibido prohibir" al pensamiento único de izquierdas

  T odo comenzó en aquel ya lejano mayo del 68 en que unos muchachos, sin proyecto de futuro alguno, se echaron a la calle gritando desafora...