Quiero comenzar denunciando un prejuicio bastante
generalizado como el de que considera
que la educación diferenciada es discriminativa y atenta contra el principio de
igualdad y nada de esto es verdad.
Cuando se habla de escuelas por separado para niños y niñas , estamos hablando
de un modelo educativo con las mismas exigencias en orden a la calidad y
cantidad, con los mismos niveles y
sustancialmente con los mismas materias curriculares, solo que teniendo en
cuenta las distintas sensibilidades, ritmos de desarrollo y peculiaridades que
caracterizan a los dos sexos, lo cual, dicho sea de paso, no supone ninguna
discriminación para nadie, igual que no es discriminatorio el que haya unos lavabos
para hombres y otros para mujeres por razones obvias. En definitiva de lo que
se trata es de salvar las necesidades y
exigencias de cada sexo constatadas por
Coincidiendo con la exaltación de los ideales del
igualitarismo académico, los socialistas, sin debate previo impusieron en
España un modelo mixto de educación, basándose en supuestos teóricos, tales
como que la convivencia escolar
complementa a los sexos, enriqueciéndolos a ambos, ya que uno pone lo que al
otro le falta, contribuyendo así a una culturización más completa e integrada,
favorecería así mismo la comunicación y el intercambio mutuo, necesarios para
aprender a vivir y convivir. Nada mejor,
se decía, que hacer de la educación un
aprendizaje para la vida. Se esperaba, también que con la coeducación iba a
disminuir la agresividad y que surgirían amistades sinceras capaces de generar
matrimonios más maduros y mejor avenidos; se pensaba también, que la presencia
de las chicas contribuiría positivamente en favor de un comportamiento más
refinado, ordenado, disciplinado y pacifico en las aulas; pero estas
expectativas no se han cumplido en la práctica, por lo que la postura en pro de la escuela mixta se ha ido debilitando
al tiempo que ha ido ganando terreno la postura favorable a la escuela
diferenciada hasta el punto que hoy podamos decir que los colegios femeninos están
proliferando en el mundo. EE. UU. Gran
Bretaña , Escandinavia, Australia o
Suiza, Alemania Francia podrían ser claros ejemplos de
ello y esto no por casualidad sino en
virtud de sólidas razones que lo justifican.
Hay que ser conscientes de que cuando hablamos de hombres y
mujeres no estamos hablando de sujetos neutros, sino
de sujetos diferenciados que piensan,
sienten, perciben, reaccionan, responden, aman, necesitan y valoran de manera totalmente diferente, tal
y como la psicología ha venido constatando. John Gray diría que se trata de
sujetos que parecen proceder de planetas distintos, con idiomas distintos y necesidades también diferentes. Pues
bien, tales peculiaridades y capacitaciones, deberían de
ser tenidas en cuenta a la hora de educar. Así
cabría hablar de distintos ritmos
de aprendizaje, de sensibilidades a veces contrapuestas, niveles diferentes en
la captación de estímulos y motivaciones, pues sabido es de todos, que el
proceso de desarrollo tanto físico como
psíquico, a la edad de
El debate sobre la coeducación está abierto aunque no en
España desgraciadamente, donde seguimos erre que erre. Convendría no obstante
que nos fuéramos liberando de prejuicios y de todo tipo de intereses políticos
e ideológicos para proyectar sobre esta cuestión un análisis serio que nos
permitiera ver los pros y los contra. Deberíamos dejar hablar a los expertos. Que
sean ellos y no los jueces los que nos digan si estamos ante un dogma
pedagógico o un apriorismo sin fundamento real , ante una exigencia pedagógica
beneficiosa o ante una rémora perjudicial y nociva. Como puede apreciarse, estamos ante un debate en
el que todos creen tener razón y sería muy difícil decantarse por uno de los bandos.
Desde el un punto de vista
científico y humano no hay evidencias claras para decir si la coeducación es superior
a la educación separada por sexos o que ésta sea superior a la primera. Los
apoyos científicos que suelen invocarse generalmente son estadísticas
cuestionables por el método utilizado para obtenerlas, por la población a la
que se refieren y sobre todo por la interpretación subjetivista de los datos
recogidos, por ello
tal como están las cosas, nadie debiera creerse en posesión
de la verdad para imponérsela a los demás.
Si, como sucede, no
existen certezas sobre este tema, al menos debiera haber libertad para que cada
cual pudiera decidir en asunto tan importante. Estamos a comienzos de un nuevo
curso escolar y el Tribunal Supremo de
acuerdo con la legislación vigente en España
acaba de emitir una sentencia en contra de
En el caso que nos
ocupa la sentencia del juez puede servirnos para aclarar lo concerniente a la legalidad
de la escuela diferenciada en España; pero no es esto lo importante, pues las leyes pueden cambiarse,
lo que nos interesa saber es si este modelo educativo es justo, equitativo y si responde a las exigencias pedagógicas,
asunto éste que cae bajo la competencia del Ministro de Educación , Sr. José
Ignacio Wert quien recientemente ha reconocido el derecho a la misma como no
podía ser por menos. Al Ministro se le presenta
una ocasión de oro para acometer una reforma educativa responsable y
consensuada basada en criterios de racionalidad, no como las precedentes. Una
reforma que deje satisfechas a las familias y esté en consonancia con el
pluralismo social de nuestra sociedad . Ya va siendo hora de que la pedagogía y
no las ideologías marquen las directrices
de nuestro sistema educativo